Los formatos que tenés que probar en redes si querés vender más

No hace falta ser influencer ni tener miles de seguidores. Si tenés un negocio, hay formas simples y efectivas de mostrar lo que hacés en redes y convertir vistas en ventas. 

Acá te contamos cuáles son los formatos que mejor están funcionando y por qué vale la pena probarlos.

Videos cortos: menos bla bla, más acción

Reels, TikToks o Shorts de Youtube, todos apuntan al mismo objetivo: captar la atención rápidamente y mostrar lo esencial en pocos segundos. 

Estos formatos hoy son los favoritos del algoritmo, así que si buscás visibilidad sin pagar, empezá por acá.

Un video mostrando cómo se usa tu producto, cómo lo preparás o cómo lo entregás puede contar más que mil flyers. Mostrar tu negocio “en movimiento” genera cercanía, y eso hace que las personas te recuerden y te tengan presente cuando deciden comprar.

Además, sirven para posicionarte como alguien actual. No hace falta bailar ni hacer chistes, pero sí aprovechar la dinámica de estos formatos para contar lo que hacés con claridad y con onda.

Unboxings y demostraciones: el detalle también vende

A muchas personas les gusta ver qué hay dentro de una caja y de ahí que un buen unboxing es un gran formato para hacer social selling. Mostrar el contenido de un pedido o cómo llega un producto a las manos del cliente genera confianza. También despierta ganas: si se ve bien, si viene con mimo, si sorprende… ¡mejor!

Este tipo de contenido funciona porque reduce la incertidumbre. Sobre todo si vendés por redes, donde no hay probadores ni góndolas, saber cómo viene empaquetado, qué incluye el producto y cómo se usa, ayuda a decidir.

Y lo mejor: lo podés hacer con el celular en la mano y buena luz. No necesitás producción, necesitás honestidad. Eso es lo que conecta.

Testimonios reales de quienes ya conocen tu producto 

Nada más potente que alguien que ya te eligió diciendo porqué lo volvería a hacer. Mostrar reseñas, capturas de WhatsApp o pequeñas entrevistas es una de las formas más efectivas de generar confianza.

Las personas creen en las personas. 

Ver a alguien que cuenta su experiencia hace que quien está del otro lado sienta que no está comprando a ciegas. También sirve para mostrar la diversidad de usos que tiene lo que vendés. Un mismo producto puede resolver cosas muy distintas para cada quien.

No hace falta que todos los testimonios sean en video. A veces una buena frase acompañada de una foto vale más que una producción de media hora.

El famoso antes y después

Si tu producto transforma, mostrale al mundo cómo. 

Desde una pared pintada hasta un cambio de look, pasando por un rincón decorado o una piel mejorada. El impacto visual del contraste es clave. No solo muestra resultados, también genera deseo.

Este tipo de contenido es directo, efectivo y fácil de entender. No hace falta explicar mucho. Solo con mirar, quien está viendo ya puede imaginar qué pasaría si también lo usara.

Eso sí: que sea real. La confianza se construye mostrando lo que realmente pasa, no con ediciones que prometen lo imposible.

Tips y tutoriales: enseñá algo útil y quedate en la mente

Cuando ayudás a resolver algo, te convertís en referente. Dar consejos, mostrar trucos o explicar cómo aprovechar mejor un producto suma valor a tu marca. Y hace que las personas quieran seguirte aunque todavía no te hayan comprado.

Un buen tip puede ser una excusa perfecta para empezar una conversación. Y además te posiciona como alguien que sabe de lo que habla. 

Si vendés velas, contá cómo se cuidan. Si vendés ropa, mostrá tres formas distintas de usar una misma prenda. Si vendés plantas, explicá cómo trasplantarlas sin matarlas en el intento.

Enseñar también es vender, aunque no lo parezca.

Ofertas relámpago: el impulso también cuenta

Una historia que desaparece en 24 horas. Un posteo que esconde un código de descuento. Un mensaje directo para quienes comentan primero. Todo eso activa el famoso "quiero ya". Y sí, genera ventas.

El truco está en no hacerlo todo el tiempo, sino usarlo como recurso especial. La urgencia mueve, pero si la usás demasiado, deja de ser creíble. Guardá este tipo de contenido para fechas especiales, promociones limitadas o lanzamientos.

Y no te olvides de medir qué funciona mejor: si la historia con código oculto, el posteo con un buen llamado a la acción o el mensaje directo.

Tu historia también vende

Contar cómo empezaste, por qué hacés lo que hacés o qué te inspira puede ser tan persuasivo como una oferta irresistible. Las personas no solo compran productos, compran historias. Y si sienten que hay una historia detrás, se involucran.

Esto es útil sobre todo si estás empezando o si tu marca tiene un diferencial personal. Mostrar quién sos, qué te mueve, qué te frustra o qué aprendiste en el camino crea vínculo. Te humaniza.

Y si además mostrás fotos antiguas, recortes, errores y aciertos, mejor. La autenticidad nunca pasa de moda.

En resumen: menos marketing, más ingenio. 

En redes no gana quien más grita, sino quien mejor se muestra. Los formatos que funcionan no son los más caros, son los que conectan. Probá, medí, corregí. Pero sobre todo, hacelo con tu estilo.

Y si además de querer vender más, necesitás ordenar la parte financiera de tu negocio, ya sabés: Naranja X tiene soluciones para vos. Plata ordenada, cabeza despejada.