Están entre nosotros
La sola idea da cuiqui porque -obviamente- nadie quiere sufrir una estafa, y mucho menos con dólares truchos, que están bastante difícil de adquirir con pesos.
Actualmente, hay tres tipos de dólares circulando, o más bien, tres modelos:

Dólares azules

Dólares de “cara grande”
Dólares de “cara chica”: es el modelo más antiguo, y suele generar controversias ya que algunas personas insisten en que este billete vale menos que sus versiones más modernas. Son legales y tienen que ser aceptados como cualquier otro, pero la realidad es que es el que tiene menores medidas de seguridad.

Dólares de “cara chica”
Cómo detectar dólares truchos
Tenés que ponerte en papel de detective y, casi que con lupa en mano, disponerte a revisar los billetes. Ojo, hacelo en el momento en que te los entregan. Si te fuiste a casa… alpiste, perdiste.
Fijate en estos aspectos claros y preparate para desenmascarar a las imitaciones.
Color: La mayoría de las falsificaciones tienen colores más claros que los dólares originales, aunque en el caso del modelo azulado, tienen un tono celeste plano y estandarizado, en lugar de contrastes y brillo.
Textura: Los dólares truchos tienen un relieve sutil y parecen estar cubiertos de cera. Si pasás el dedo de arriba hacia abajo por el hombro de Franklin, en un billete verdadero deberías percibir una textura muy áspera.

Marca de agua: La típica silueta que se ve a contraluz tiene que ser la misma que la del billete, o sea, la del querido tío Ben. Y, datazo: no tiene que verse a simple vista ni demasiado amarilla.
Calidad de imagen. La cara del prócer tiene que verse nítida y separada del fondo.
La banda de seguridad azul en 3D adentro tiene números “100”, los cuales se mueven al inclinar el billete y se convierten en campanas. Está como “cosida” dentro del billete: si se despega, red flag. Además, tiene campanas que se convierten en números al inclinar el papel. Ojo, no es la misma campana de efecto holográfico que está al lado de la banda.

