Antes que nada, ¿qué es phishing?
Una de las técnicas favoritas de la ciberdelincuencia que utiliza especialmente correos electrónicos y mensajes de texto para engañar a las personas y hacerlas revelar información valiosa. El objetivo es robar esos datos para luego acceder a cuentas y cometer algún robo.
Te llegó un mail raro. ¿Qué hacés?
Puede pasar. Estás chequeando el correo, ves “AFIP – Aviso de revisión pendiente” y mínimamente te genera curiosidad y luego preocupación.
El asunto suena serio. El diseño parece oficial. Y el mensaje te dice que si no hacés clic, te pueden aplicar una sanción o bloquear el CUIT.
En tiempos donde el phishing está a la orden del día, lo primero que hay que saber es esto: la AFIP no manda amenazas por mail, ni pide que entres a links para validar tus datos personales.
Según lo que informaron desde el organismo, hay una ola de estafas por correo electrónico que busca engañar a contribuyentes con mensajes falsos. El objetivo es simple: que pongas tus datos o entres a una web falsa. Y así, robarte información o, directamente, tu platita.
Cómo detectar correos falsos (sin ser hacker ni detective)
Hay señales que delatan a los mails truchos. Prestá atención a estos detalles antes de caer en la trampa.
📩 Chequeá bien el remitente
El mail puede tener un logo oficial, una firma elegante o hasta un pie de página con la dirección de la AFIP. Pero lo importante está en el mail del que viene.
Si dice algo como [email protected], @afipnet.com o @afip.com.ar, no es oficial. El único dominio válido es @afip.gob.ar.
Un consejo: si el dominio tiene letras de más, puntos raros o termina en algo distinto a “gob.ar”, desconfiá.
🙏 No te dejes apurar
Los estafadores saben lo que hacen. Te mandan un mensaje que juega con el miedo: “urgente”, “bloqueo inminente”, “tenés 24 horas”. Todo para que hagas clic sin pensar.
La clave es frenar un segundo. AFIP no amenaza por mail. Si tuvieras una notificación real, la vas a encontrar en su portal oficial o en la app Mi AFIP.
🔍 Revisá los detalles
Fijate si hay errores de ortografía, frases mal armadas o cosas que no suenan muy profesionales. Muchas veces estos correos están traducidos con herramientas automáticas o hechos a las apuradas. Y eso se nota.
También podés pasar el mouse por los enlaces (sin hacer clic) para ver a dónde dirigen. Si aparece una dirección sospechosa, que no tenga nada que ver con afip.gob.ar, no entres. Cerrá el mail y seguí con tu día.
¿Y si me llegaron varios mails seguidos?
Otra táctica común es insistir. Te mandan uno, dos, o tres correos electrónicos parecidos, todos con tono urgente. No caigas. La repetición también es parte de la estrategia para que te asustes. Pero la regla sigue siendo la misma: si no sabés de dónde viene, no respondas, no hagas clic y no descargues archivos.
En caso de duda, podés comunicarte con la AFIP desde su sitio web oficial o por la app. También es útil verificar en la sección de “Domicilio Fiscal Electrónico” si hay alguna notificación real.
Acá van algunos hábitos que te pueden ayudar a zafar del phishing:
Mantené tu información bajo siete llaves
Nunca compartas claves, tokens ni datos sensibles por correo. Ninguna entidad seria te va a pedir eso por mail.
Usá canales oficiales
Si te llega un mensaje dudoso, cerrá ese mail y andá directo al sitio web o app oficial de la entidad. Es más seguro y te saca la duda rápido.
Leé con lupa
Fijate en el estilo del mensaje. ¿Te tutean y después te tratan de usted? ¿Hay signos mal puestos o palabras cortadas? Los pequeños detalles dicen mucho.
Cuidá tu plata como cuidás tus contraseñas
En Naranja X sabemos que la plata no se cuida sola. Por eso, además de ofrecerte herramientas para ahorrar, pagar o cobrar, también te damos info clara para evitar que te pasen cosas como esta. Porque una bandeja de entrada descuidada puede costarte caro.
Ya sabés: si el mail suena muy urgente, viene de un remitente raro o te pide datos sensibles, lo más probable es que no sea la AFIP. Y si tenés dudas, mejor dudar que lamentar.
¿Qué hago si caí en la trampa?
Si llegaste a poner tu clave fiscal, número de cuenta o cualquier otro dato confidencial, no te sientas mal. Nos puede pasar a cualquiera. Pero lo importante es actuar rápido.
Cambiá las contraseñas de inmediato, empezando por tu cuenta de AFIP, homebanking y correo electrónico.
Contactá a tu banco para revisar si hubo movimientos extraños o si hace falta bloquear tarjetas o cuentas.
Hacé la denuncia en la página oficial de delitos informáticos del Gobierno: argentina.gob.ar/justicia/delitosinformaticos
Cuanto antes actúes, más chances de frenar el daño.