¿Qué es exactamente un empleador?
Un empleador es la persona o empresa que contrata a una o más personas para realizar tareas a cambio de una remuneración. Es quien asume la responsabilidad legal de esa relación laboral, la registra y la sostiene conforme a lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo N.º 20.744 en Argentina.
Pero ojo, no es lo mismo ser empleador que ser jefe o dueño de la empresa.
El empleador puede ser una persona física (por ejemplo, una pyme familiar) o una sociedad (como una S.R.L. o una S.A.). En cambio, el jefe es quien organiza el trabajo día a día, pero no necesariamente es el responsable legal.
En otras palabras: el empleador es quien firma los contratos, paga los sueldos y realiza los aportes, sin importar si está o no en la oficina dando indicaciones.
Tus derechos como empleador
Tener empleados te da ciertas facultades que te permiten organizar tu negocio y mantener un buen funcionamiento. Entre ellas:
Organizar y dirigir el trabajo. Podés definir horarios, asignar tareas y establecer cómo se hacen las cosas, siempre dentro del marco de lo que la ley permite.
Exigir el cumplimiento de las tareas. Tenés derecho a que tus empleados cumplan con sus funciones y respeten las normas internas de la empresa.
Aplicar medidas disciplinarias. Si alguien incumple sus obligaciones, podés aplicar sanciones proporcionales (amonestaciones, suspensiones, etc.), siempre con respaldo legal.
Controlar el trabajo. Podés usar herramientas para supervisar las tareas, pero con una condición: respetar la dignidad y la intimidad de las personas. Por ejemplo, no se puede revisar un celular personal ni invadir espacios privados.
Tus obligaciones como empleador: la parte más importante
Ser empleador también significa cumplir con una serie de responsabilidades legales y humanas. Estas son las principales:
Registrar correctamente a tus empleados. Todo trabajador debe estar en blanco. Es decir, con alta en AFIP, aportes a la seguridad social y un contrato que detalle condiciones laborales (jornada, sueldo, tareas). No hacerlo puede generar sanciones y juicios costosos.
Pagar el sueldo a tiempo. El salario debe abonarse en la fecha y forma acordadas. La ley también prevé el pago de aguinaldo (SAC), vacaciones y horas extras cuando corresponda.
Garantizar un ambiente de trabajo seguro. Tenés que cuidar la salud de tu equipo cumpliendo las normas de higiene y seguridad laboral (Ley 19.587).
Esto incluye:
Informar sobre los riesgos de cada puesto.
Denunciar accidentes ante la ART (Aseguradora de Riesgos del Trabajo).
Mantener registros actualizados de los incidentes laborales.
Hacer los aportes y contribuciones. Además del sueldo, te corresponde realizar los aportes patronales: jubilación, obra social, PAMI, asignaciones familiares, entre otros. Se gestionan ante AFIP mensualmente.
Respetar los derechos humanos y laborales. Toda relación de trabajo debe basarse en la igualdad, el respeto y la no discriminación. El buen clima laboral también forma parte de tus responsabilidades.
Promover el crecimiento del equipo. Invertir en la capacitación de tus empleados no solo mejora el rendimiento, también refuerza la motivación y la lealtad. Una empresa que forma, crece.
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Preguntas frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre un empleador público y uno privado?
El empleador público es el Estado (nacional, provincial o municipal). El privado puede ser una persona o una empresa que contrata por cuenta propia.
¿Puedo contratar a alguien sin registrarlo?
No. Tener empleados “en negro” es ilegal y puede implicar multas, pérdida de beneficios fiscales y demandas judiciales. Registrar el vínculo laboral es una obligación básica.
¿Qué debo hacer si un empleado sufre un accidente?
Debés comunicarte de inmediato con tu ART, que se encargará de la cobertura médica y de los trámites. También tenés que informar el hecho en el Registro de Accidentes de Trabajo.
Cuando todo está en regla, todo fluye
Ser empleador no se trata solo de cumplir papeles: se trata de construir relaciones laborales seguras, justas y humanas. Cumplir con tus obligaciones legales te protege, sí, pero también impulsa la confianza y el compromiso de tu equipo. Te será útil leer cómo gestionar tu negocio desde Comercios Naranja X
Porque cuando el trabajo se hace bien -y en regla-, el negocio crece, las personas también y todo empieza a fluir con más claridad (y menos estrés).
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