En los últimos días, circula una supuesta promo de “cambio de tarjeta” que es puro humo. Te contamos cómo operan estas estafas, que hacer para no caer en la trampa y mantener tu plata segura.
En los últimos días, circula una supuesta promo de “cambio de tarjeta” que es puro humo. Te contamos cómo operan estas estafas, que hacer para no caer en la trampa y mantener tu plata segura.
Estás scrolleando tranqui, mirando memes o recetas, y de repente aparece: una tarjeta negra, brillante, con un mensaje que parece urgente. El texto dice que es “la nueva tarjeta” que reemplaza a las que empiezan con cierto número.
El mensaje te apura, advierte que si no la pedís ya, tu tarjeta dejará de funcionar, y remata con un link para “solucionar todo” en un instante.
No es la primera vez que pasa.
El ingenio sirve para resolver, pero el ingenio de quienes se dedican a este tipo de estafas puede ser muy creativo, al punto de inventar problemas y ofrecer soluciones que no existen.
Hoy la excusa es una tarjeta negra; mañana podría ser verde, dorada o con dibujitos. El disfraz cambia, pero la historia se repite: aparentar ser algo oficial, inventar una urgencia y aprovechar el apuro para robar datos.
En esta campaña falsa, el mensaje apunta a quienes tienen tarjetas que empiezan con “5895” y les asegura que el reemplazo obligatorio es una versión negra. La realidad es que esto es completamente falso. La imagen que circula no pertenece a ningún diseño oficial y, si se mira con atención, se notan errores de color, proporciones y tipografía.
Detrás de esta mentira hay un paso más peligroso: el link que acompaña el mensaje lleva a un chat de WhatsApp o a un perfil falso que imita ser de Naranja X. Desde ahí, una persona que se hace pasar por personal oficial intenta obtener datos sensibles o guiar a la víctima por un trámite inventado.
En los últimos años, estas estafas mejoraron su presentación. Hoy pueden tener fotos reales, textos bien escritos e incluso comentarios de supuestos usuarios que “ya hicieron el cambio” y quedaron felices. Todo es parte del engaño.
El primer movimiento es captar la atención. Para eso se usan anuncios en redes, mensajes directos e incluso mails con asuntos alarmistas.
Después llega el golpe de efecto: la urgencia. Frases como “última oportunidad” o “evitá el bloqueo” buscan que la persona actúe rápido, sin pensar. Una vez logrado ese estado de apuro, envían un enlace o un número para abrir un chat que, en realidad, es el lugar donde se concreta el fraude.
Allí piden datos personales, credenciales o información de la tarjeta, y a veces redirigen a una página clonada que imita la original al detalle.
Aunque cada campaña falsa cambia de cara, hay señales que se repiten.
La primera es que el contacto no se da por canales oficiales. Naranja X no envía mensajes por WhatsApp para pedir cambios de tarjeta ni solicita seguir cuentas no verificadas.
Otra alerta está en lo visual: imágenes borrosas, colores que no coinciden con los de la marca, composiciones desprolijas o tipografías incorrectas.
También hay que prestar atención a los links. Si la dirección no incluye el dominio oficial, conviene frenar.
Y si el mensaje insiste en que todo es urgente y que hay que resolverlo en minutos, la sospecha tiene que ser automática.
Ante la duda, la mejor decisión es confirmar la información por canales seguros. La app de Naranja X es el lugar más confiable: entrando a la sección “Más” y luego a “Chatear” vas a poder hablar con alguien real.
Ignorar y denunciar el mensaje falso también es clave. Si llega por redes sociales, se puede reportar directamente desde la plataforma.
Y para tener un plus de seguridad, activar notificaciones en la app ayuda a detectar cualquier movimiento raro en la cuenta apenas sucede.
La mayoría de las personas no caen en una estafa porque no sepan de qué se trata, sino porque las encuentra en un momento de distracción. Puede ser mientras esperás un paquete, salís de trabajar o resolvés mil cosas a la vez.
El mensaje te agarra con la guardia baja y si, parece legítimo, el click se hace casi automático. Por eso la clave está en no dejarse llevar por el apuro.
Frenar, leer bien, pensar dos veces antes de compartir datos y, si algo suena raro, tomarse un minuto para verificarlo.
No hay un cambio masivo de tarjetas negras para reemplazar a las que empiezan con “5895”. Ninguna gestión oficial se hace por mensajes directos de redes o por WhatsApp, y la app siempre será tu canal seguro.
La mejor defensa es la prevención: si algo no cierra, no des datos. Así evitás que un momento de distracción se convierta en un problema mucho más grande.
Importante: ante cualquier duda, consultá siempre la información oficial en nuestro Centro de Seguridad.
El contenido de esta página tiene únicamente fines informativos y no debe ser considerada como asesoría sobre los productos de Naranja X. Ninguno de los datos que en él se publican debe considerarse como una promoción, una oferta o una recomendación para adquirir productos, para efectuar transacciones o para concluir algún tipo de acto legal.